¡La niña que no tuve…!
Así me has llamado muchas veces
y fueron más que suficientes
para saber ese amor que me profesas,
ese cariño tan grande que me tienes.
Tú sublimidad y tu entrega en cada palabra.
Tengo…sabes?, una madre preciosa
que es el cielo en la tierra.
Un cántaro de amor puro y grande…
muy grande y en esta tierra apareces tú,
la madre que quizás el cielo me manda
cómo el más preciado de los regalos.
Tal vez sin merecerlo o quizás merecido.
Un ángel, un hada, que llega
de un Pacifico a esta costa Atlántica
para cuidarme en esta jungla
a la que entro a escribirle al amor,
a la vida, a los sueños, a los niños
y lo deseado; cuantas veces no alcanzado.
Dulce, encantadora. La de manos tibias
y corazón generoso como solo
una verdadera madre lo tiene.
Así te dibujan mis sencillas letras hoy
que te ven sonriente en una playa lejos de la mía.
Madre adoptiva mía en esta jungla.
Donde la inspiración me invita a escribir en versos
poemas y poesías que para algunos;
solo son frases sueltas…
metáforas inconclusas, versos mutilados,
rimas que no riman y solo reman a la deriva.
Pero para "ti", "mi amor" y los que "me aman";
son dulces melodías que llegan
y hacen un baile en el alma.
Aquí está el escrito prometido,
envuelto de caricias.
Aromado de jazmines,
con su envoltura en azul cielo
y con un moño de corazones.
Te regala una sonrisa…
mi sonrisa, esa de aquella
a la que llamas…
“La niña que nunca tuve".
Nota: Dedicado a Monina (mamina) a quien mucho quiero y respeto.
Así me has llamado muchas veces
y fueron más que suficientes
para saber ese amor que me profesas,
ese cariño tan grande que me tienes.
Tú sublimidad y tu entrega en cada palabra.
Tengo…sabes?, una madre preciosa
que es el cielo en la tierra.
Un cántaro de amor puro y grande…
muy grande y en esta tierra apareces tú,
la madre que quizás el cielo me manda
cómo el más preciado de los regalos.
Tal vez sin merecerlo o quizás merecido.
Un ángel, un hada, que llega
de un Pacifico a esta costa Atlántica
para cuidarme en esta jungla
a la que entro a escribirle al amor,
a la vida, a los sueños, a los niños
y lo deseado; cuantas veces no alcanzado.
Dulce, encantadora. La de manos tibias
y corazón generoso como solo
una verdadera madre lo tiene.
Así te dibujan mis sencillas letras hoy
que te ven sonriente en una playa lejos de la mía.
Madre adoptiva mía en esta jungla.
Donde la inspiración me invita a escribir en versos
poemas y poesías que para algunos;
solo son frases sueltas…
metáforas inconclusas, versos mutilados,
rimas que no riman y solo reman a la deriva.
Pero para "ti", "mi amor" y los que "me aman";
son dulces melodías que llegan
y hacen un baile en el alma.
Aquí está el escrito prometido,
envuelto de caricias.
Aromado de jazmines,
con su envoltura en azul cielo
y con un moño de corazones.
Te regala una sonrisa…
mi sonrisa, esa de aquella
a la que llamas…
“La niña que nunca tuve".
Nota: Dedicado a Monina (mamina) a quien mucho quiero y respeto.
Jazmín Azul